



























Las bodas son eventos llenos de emociones, risas y momentos únicos que merecen ser capturados con todo detalle. Aunque mi primera boda fue un reto personal, al ser la primera vez que me enfrentaba a este tipo de evento, la experiencia fue increíblemente fascinante. Recuerdo que sentí mucho nerviosismo, especialmente cuando fotografié a Mackol y Ulises, pero al final, esos sentimientos se transformaron en pura gratitud por haber sido parte de algo tan significativo en sus vidas. Desde entonces, he aprendido a capturar no solo los momentos grandes, sino también esos pequeños gestos que cuentan historias mucho más profundas. Estoy emocionado por seguir trabajando con parejas que buscan inmortalizar el día más importante de sus vidas, creando recuerdos que perduren por siempre.